Los jefes socialistas junto a los jefes de los populares han decidido la reforma constitucional sin preguntar al resto del populacho (por lo visto sus seguidores no necesitan explicaciones claras, su electorado lo deben tienen todo nítido, cristalino, ya que los tienen acostumbrados a serles fieles hasta el final). Estos dirigentes van vendiendo, en los medios de comunicación, la moto de que un referéndum sobre el tema, comportaría grandes males. Su lógica es sencilla: Puesto que la reforma se hace para tranquilizar a los mercados financieros, el sometimiento de la reforma a la votación popular, y la incertidumbre que generaría el resultado, espantaría a los mercados financieros que nos compran la deuda. Los inversores de los países ricos se podrían nerviosos e incrementarían sus primas de riesgos y también se pondrían nerviosos los representantes europeos que dictan la política de la región, no vaya a ser que a sus gentes les dé por lo mismo, pedir referéndums.
Por eso han florecido como las setas, comentaristas en los medios de comunicación masivos, que ahora, ven con buenos ojos, reformar la constitución sin referéndum; sin preguntarle directamente al pueblo estas medidas que implican un cambio en la constitución; cuando antes, consideraban que la carta magna era intocable, por haber sido tan útil para la estabilidad y la continuidad del bienestar social. Hoy, como en épocas de máximo peligro, echan mano a las viejas recetas de la responsabilidad política con la patria y del riesgo de los privilegios que se vienen disfrutando. No se ha querido cambiar la constitución para que las listas sean abiertas, ni cuando nacieron las princesitas, no vaya ser que se desmontara el castillo de la democracia del reino… pero esto,...esto es fuerza mayor: Calmar el hambre a los inversionistas de la crisis actual, es otra cosa, Si hace falta, se echan mano al tremendismo: Si no se aplica estas medidas restrictivas del control económico, caerá al país en la ruina total. Porque como siempre, los adalides de esta democracia representativa piensan que el pueblo inculto y súbdito, menor de edad, necesita de la clara guía de sus gobernantes que los representan y lo saben todo, ya que ellos son los profesionales de la política, los que piensan y tienen información de la ciencias oficial y conocen la situación global, y saben lo que realmente conviene al populacho. Para el pueblo basta: Toros, futbol y programas del corazón…Y si hace falta más leña, que discutan sobre el matrimonio de la señora duquesa. Para los políticos profesionales, contar con la voluntad del pueblo y preguntar a los ciudadanos, es un atraso; sigue vigente la vieja máxima: “Toda para el pueblo pero sin el pueblo”. Por qué será que discursos indignados de Federico Mayor Zaragoza o José Luis Sampedro, no salen en la televisión.
Jesús Rocha