¿La Expropiación de YPF, filial de Repsol en Argentina, merece ser castigada?


Los sucesivos gobiernos alternos del PSOE y PP vieron un filón de riqueza y poder, colocar a sus amigos y afines en empresas rentables estratégicas públicas, las que antes eran de todos los españoles. Listos ellos, observaron que  si se privatizaban, y se les dejaba que especularan a su libre albedrío, con el único afán del máximo lucro, como es la esencia del capitalismo, sin importar mucho lo que hubiera por medio, sería una aventura empresarial muy rentable. El desembarco trasnacional parecía muy interesante, y se pusieron a ello. Así que, los sucesivos  gobiernos de los dos grandes partidos, dotaron de altos ejecutivos, recolocados a sus fieles servidores, como pago de favores y servicios políticos prestados; pasando muchos a ser consejeros de las altas direcciones de estas empresas-navíos privatizadas, verdaderos linces empresariales, con sueldos y contratos blindados estratosféricos. Estos genios de las finanzas y de la alta gestión empresarial, tenían como único objetivo: obtener el máximo rendimiento para sus empresas-buques-insignias, ahora boyantes multinacionales privadas, aplicando políticas empresariales sin ningún tipo de escrúpulos, donde todo vale, desembarcaron con operaciones de adquisiciones a bajo coste en otros territorios exteriores...como nuevos conquistadores.
Pero ahora, de aquellos polvos, vienen estos lodos; en plena crisis económica española, el gobierno de Argentina, al sentir amenazada su soberanía, y defendiendo sus propios intereses públicos, pretende  nacionalizar sus recursos estratégicos, no sin cierto carisma populista. Ante esto, el gobierno Rajoy ha comenzado a ver  las orejas al lobo, y solo se les ocurre rasgarse las vestiduras con amenazas prebélicas: "claras y contundentes" (que aún no sabemos cuáles van a ser), calificando a la unilateral medida argentina de: "hostilidad contra España y contra el Gobierno".
A lo mejor, deberíamos tomar nota, y recuperar las antiguas empresas estratégicas públicas españolas para el beneficio común público de todos, especialmente de los españoles, y no seguir con este afán liberal privatizador de empresas públicas rentables, como es el caso del Canal de Isabel II, como pretende Esperanza Aguirre, beneficiando a accionistas, e iniciar otro afán expansionista en ultramar; que vaya Ud. a saber, dónde acaba.
Opinión de Jesús Rocha
Otra opinión:
Según Alberto Garzón (diputado de IU), Repsol tan sólo declara en España el 25% de sus beneficios totales. A parte de esto, la mayoría de los accionistas NO son españoles... Entonces, ¿que pinta España en todo esto? ¿Y les afecta ésto a los 5 millones de parados?
¿Y después de Repsol, qué?
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